jueves, 17 de enero de 2008

Participe en la mejora de su Río

Este es un nuevo espacio para quienes creemos que es posible recuperar la zona de ronda del canal del Río Arzobispo en la localidad de Teusaquillo que se ha visto un poco deteriorado por el avance urbanístico natural que ha venido teniendo la ciudad.
Hemos vivido muchos años alrededor de la ronda del canal del Río Arzobispo sin que nos haya interesado su suerte, que va indisolublemente ligada a la vida de quienes habitamos en su entorno. Pasa una administración de gobierno distrital y otra, sin que ninguno haya querido intervenir en la situación desastrosa que vive nuestro Río. Hace unos años, en la única ingerencia concreta de una autoridad, el Acueducto de Bogotá inició una campaña para que los bogotanos reconociéramos la calidad de nuestros ríos y nos apropiáramos de ellos. Duró muy poco y contó con escasas acciones. De ella quedan los avisos con los que se nos recuerdan sus nombres. En realidad, nuestro río no ha tenido doliente. Cada vez que se habla de él, se habla como del patio trasero de nuestras viviendas pero, para algunos de nosotros, se trata de una realidad palpable y tangible que, a diario, se constituye en nuestro paisaje y forma de vida. Demasiados son los problemas que afrontamos con respecto al hábitat que conforma el Río, de los cuales hemos hecho un inventario que incluye cerca de 60 de ellos y que afectan nuestro diario vivir.
No estamos de acuerdo con algunas páginas de internet o Blogs en las que se achacan al Río los males del sector. En especial los vecinos de la parte alta dicen que por su causa existe inseguridad en el sector y que el Río es causa de atracos y varios otros delitos. Estamos como el marido despechado que vende el sofá. No puede ser cierto que el Río sea el causante de los delitos. Otros podríamos decir que la causa de los delitos es la existencia de las universidades que se han venido a ubicar en el sector y que hasta que ellas llegaron, el Río no era causa de amenaza ni lo es ahora.
Bogotá ha sido tradicional enemiga de sus cuencas fluviales; ellas han atravesado la ciudad bajando desde los cerros, pero los bogotanos, que se han sentido como perturbados por su presencia, entonces las ocultan, las ignoran y hasta quisieran olvidar su existencia. La indiferencia y abandono de nuestros ríos se ha traducido o expresado en maltratarlos con una continua contaminación con desechos sólidos y líquidos; hemos visto su entubamiento o enterramiento; y, como consecuencia, todas estas acciones negativas en su contra han llevado en muchos lugares a las conocidas y recurrentes inundaciones, los desbordamientos, los olores fétidos y la escasez del preciado líquido.
Nuestro Río, el que hoy estamos defendiendo, ha venido sufriendo sus primeros embates desde finales del siglo 19 debido al desarrollo de obras de infraestructura que abarcan la construcción de las avenidas que corren por la parte de arriba del Parque Nacional y, debido a la tala de los bosques de las áreas de reserva, se deterioró el medio ambiente del lugar de su nacimiento. Un elemento positivo apareció en 1933 con la creación del Departamento de Urbanismo, período durante el cual se produce un plan de ensanche que pretendía articular el casco urbano con núcleos dispersos en los alrededores de Chapinero mediante la construcción de obras públicas como la Avenida Caracas y la construcción de barrios residenciales. Se ejecutaron trabajos de gran importancia a la naturaleza y a los cuerpos de agua, como la ronda del Río del Arzobispo, que se integró adecuadamente como elemento ordenador y generador del espacio público. Este esfuerzo, respecto al Río Arzobispo, se pierde al crecer desordenadamente el urbanismo por la tradicional dinámica edificadora de la ciudad en los denominados barrios Palermo, Belalcázar y Alfonso López ya que no existió ninguna regulación o normatividad que obligara la preservación de la ronda del Río.
Las inquietudes detectadas ya han sido presentadas frente a la comunidad y frente a delegados de las autoridades de orden distrital de la localidad, logrando el consabido discurso, sin que hayamos visto mejora alguna en la situación.
De todos los problemas detectados, queremos tener en claro y poner de presente la propuesta, por parte de este equipo de vecinos, de prioridades inmediatas a atender que pueden resumirse en los siguientes aspectos:
1. Concretar de manera clara y específica cuál es el “gran proyecto” que la administración distrital tiene “previsto” para lograr la mejora de la ronda hidráulica, zona de manejo y preservación ambiental del recurso hídrico constituido por el canal del Río Arzobispo, proyecto que debe incorporar un despliegue de espacio abierto de gran calidad ambiental y paisajística, y dotarse de la normativa que le permita mantener un verdadero control sobre las intervenciones que su desarrollo funcional vaya requiriendo, para evitar los impactos negativos sobre los sectores aledaños y volcarse sobre la ciudad con un aporte para la cualificación del diseño y para permitir que la población pueda penetrar un territorio que hace parte consustancial de la apuesta ciudadana de Bogotá. Este aspecto debe involucrar el cumplimiento por parte de todos los entes gubernamentales de la normatividad pertinente, en especial lo dispuesto por la ley 338 de 1997, el Plan de Ordenamiento Territorial (POT), el Acuerdo que establece el Plan de Desarrollo Local de la Localidad de Teusaquillo, el Plan Maestro de Ciclorutas, el plan Maestro de Espacio Público y toda la legislación ambiental y ecológica.
El proyecto que hemos conocido cumple con una buena parte de estos requerimientos y se constituye en una meta para este equipo de vecinos, dado que desarrolla un concepto amplio de integración de actividades paisajisticas, de movilidad ciudadana, de recreación y de mejoramiento urbano y ambiental. Conózcalo y hágase parte del deseo de mejorar este sector.
2. Lograr que se respete, por parte de los constructores, Departamento de Planeación Distrital, Curadurías Urbanas, IDU y demás entidades del orden Distrital y nacional la llamada ronda hidráulica, zona de manejo y preservación ambiental de dicho recurso hídrico que debe existir entre las construcciones que se adelanten y el cauce del canal.
3. Solicitar y lograr la iluminación del costado sur de la ronda de la parte baja del Río.
4. Solicitar y lograr el control de la llegada al Río de las mal llamadas “conexiones erróneas” que transportan gran volumen de vertimiento de aguas servidas al Río, en especial y de manera específica, los dos colectores que la Empresa de Acueducto tiene ubicados en las inmediaciones de la carrera 24 con calle 45, uno que queda debajo del cruce de las dos vías y el visible, que se ubica unos metros abajo de la carrera 24. 5. Como parte del proyecto general que se construirá en el futuro cercano, que se adelante el diseño y construcción de un parque en el sector de la carrera 24 entre calles 45 y 45 A, que consolide los dos triángulos existentes y el andén de la calle 45 A para que formen un conjunto que concurra al fin u objetivo de ampliar el espacio público de recreación pasiva que, a su vez, fomente la apropiación del ciudadano de este espacio de ronda.
6. Que se tomen cartas en el asunto por parte de las autoridades competentes respecto a la proliferación de personas habitantes de la calle en el espacio de la carrera 24 entre calles 45 y 45 A. Durante las administraciones anteriores vimos el incremento sustancial de la indigencia, del centro hacia estos lugares en razón del desplazamiento causado por la desaparición de su zona tradicional en el centro, sin que se les haya dado alternativa alguna. Este panorama fue devastador en la pasada administración de la “Bogotá sin Indiferencia” que fue absolutamente indiferente a las necesidades de esta población en este lugar y también frente a los problemas que ellos generan para las personas habitantes de la localidad. Hoy contamos con unas 50 personas ocupando el lugar, divididos en tres “turnos”, además de los vendedores ambulantes que se han venido posicionando en el lugar, cuando, hasta que empezó la administración anterior, no teníamos ninguno.
Así mismo, la integración del canal a la vida cotidiana de la localidad de manera armónica deberá convertirse en una tarea de notable importancia para propios y extraños, con aportes de todos los actores locales y de la ciudadanía. No trabajamos solamente sobre la recuperación de esta cuenca hidrográfica, sino que queremos la mejora integral de todo el sector de ronda del canal del Río Arzobispo para beneficio de la localidad, de la ciudad en general y de quienes habitamos en ella.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

un gusto saludar un comite tan bien organizado y con una iniciativa favorable a toda una ciudad. quiero que sepan que la universidad cooperativa de colombia atrves de su facultad de comunicacion social esta interesado en ayudarles desde esta area cualquier informacion 3132965156

Leonardo Guarín dijo...

Hola Amigos,

Algunos vecinos se oponen a la construcción del nuevo puente (Calle 46), yo estoy de acuerdo con la construcción de dicho puente por 3 razones:

1) Permite el acceso directo a muchas personas del Barrio Palermo a Transmilenio, al Gimnasio Boyacá y a la Universidad Nacional.

2) Permite el acceso directo de muchas personas de Belalcazar al colegio Americano a la Clínica Palermo al transporte público que circula por la cra 24 y a diversos establecimientos de bienes y servicios ubicados en dicho barrio.

3) Con la construcción de la ciclorruta y alameda peatonal por el canal, este puente es indispensable para incrementar el número de usuarios beneficiados por ese corredor.



Los citados vecinos aducen que el puente atraería problemas como el incremento de la inseguridad, del número de indigentes, de los vendedores ambulantes, de las motos, etc. Respecto a eso creo que en cuanto a indigentes no puede ser peor el problema, todos las noches que paso por ese sitio encuentro indigentes con carritos esferados, están escarbando y clasificando la basura, dejan el sitio en un estado lamentable. Con el puente la continua circulación de gente haría del lugar, que ahora es solo y "tierra de nadie", un lugar poco propicio para clasificar y botar basura. En últimas todos sabemos que la problemática de las basuras tiene como solución la concientización y educación de todos nosotros, creo firmemente que con nuestra labor y diligencia este problema a la larga tenderá a solucionarse.

Con la consecución de un CAI para Belalcazar (que proponemos se ubique en el lote público de la calle 47A con Cra 27) la seguridad en el barrio se incrementará significativamente. El robo de carros ni se aumentará ni disminuirá pues el puente es peatonal.

Una encuesta a los cientos de personas que utilizan el actual puente de la cra 27 con Calle 48 y a los otros cientos que tienen que dar la vuelta por la calle 45, revelaría que un buen porcentaje de ellos se beneficiaria significativamente al ahorrar tiempo y distancia recorrida para llegar a sus sitios de vivienda, de trabajo o de estudio.

Atentamente,

Leonardo Guarín S